jueves, 16 de diciembre de 2010

Otra Luna

El crepúsculo culmina,
mi ansiedad desborda.
Sé que vendras esta noche,
tal como lo has hecho
en mis noches anteriores.

Sé quien eres.
Sé de donde vienes.
...Y no me importa...
Solo importa el placer
que siento cuando me tocas.


La oscuridad se cierne.
Un aullido lejano
es silenciado a tu paso.
La niebla se espesa.
La luna se oculta.

...Y llegas...
Envuelta en tu capa negra.
Pálida es tu piel.
Tus ojos desorbitados
en ese rostro de un níveo cadavérico.
Asomas un par de colmillos
que esperan ansiosos
satisfacer su sed.


Sabes que me tienes.
Que probocas esos insaciables sentimientos,
esa necesidad incontenible...
tan sexual y lujuriosa...
de entregarme...
de poseerte...


El juego comienza...
El placer desborda...
Vibra tu piel...
Estalla mi ser....
Explotan los sentidos...
...Y pierdo...


Te clavas en mi...
Absorbes mi esencia...
Me dejas bébil...
Y volando te alejas...


Esperaré otra luna...
Cuando vuelvas por mi...
A beber mi sangre...
Para poder subsistir...

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Fragmento De Una Balada

Muchas millas sobre el campo y el mar,
hasta que mi amor pudo retornar.
De sus palabras tengo recuerdos,
sólo el de los árboles y el gemido del viento.


Y arribo, listo para tomar sin dueño
la cruz que he cargado por años.
Pero las palabras llegan  lentas,
de aquellos cálidos y pequeños labios.


¿Cómo sonaban mis palabras lentas y plenas,
en aquel corazón que me amó en la pena,
venido a salvarme del odio y del dolor
y a confortarme con su delicado amor?


Sentí al viento golpeando frío, gélido,
y la bruma roja acariciar la puerta;
Sentí que el hechizo que sostenía mi aliento
se rompía, viviendo eternamente muerto.

martes, 14 de diciembre de 2010

Sinfonía

Al compáz de los armónicos escucho tu voz,
suave y delicada como el mismo viento.

Al doblar de las campánas, las almas caen del cielo,
la sangre corre por las paredes.

Los arcos de los violínes lloran,
el Infierno lentamente se extingue, Canaán se ha secado.

Mientras los tambores golpean, la humanidad se revela,
tus ojos sufren al ver a tu raza autodestruirse.


Poco a poco mi alma se sacía,
el miedo baña tu mirada, la muerte te hace estremecer.


Tu debilidad y angustia alimentan mi ser,
mientras tu sufrimiento te consume, te hace querer la muerte desear.


Tu sangre cálida recorre mis labios, la sinfonía se detiene.
Debajo mi reino, plagado de destrucción
y tu cuerpo seco, sin vida a mis pies.


...Ahora estoy completo...