martes, 14 de diciembre de 2010

Sinfonía

Al compáz de los armónicos escucho tu voz,
suave y delicada como el mismo viento.

Al doblar de las campánas, las almas caen del cielo,
la sangre corre por las paredes.

Los arcos de los violínes lloran,
el Infierno lentamente se extingue, Canaán se ha secado.

Mientras los tambores golpean, la humanidad se revela,
tus ojos sufren al ver a tu raza autodestruirse.


Poco a poco mi alma se sacía,
el miedo baña tu mirada, la muerte te hace estremecer.


Tu debilidad y angustia alimentan mi ser,
mientras tu sufrimiento te consume, te hace querer la muerte desear.


Tu sangre cálida recorre mis labios, la sinfonía se detiene.
Debajo mi reino, plagado de destrucción
y tu cuerpo seco, sin vida a mis pies.


...Ahora estoy completo...

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